(un viaje)
De los días de subir y bajar las sierras junto a aquellos que me llenan el alma con su sola presencia,
de las noches de mirar al cielo buscando la confesión final del infinito,
de los caminos andados entre piedras y tabaquillos,
de aquellos seres que nos llevan por esos caminos,
duendes, niños, viejos, pájaros...
en fin, de las estrellas compartidas,
las de arriba, eternas,
las de abajo, aparentemente más efímeras, pero inmortales en la
las brasas de todos los fogones, que hacen el rescoldo de
somnolencia postergada
entre risas y palabras tibias...
de todo ello, de todos esos escalones de la sangre
a las que junté como a pequeñas aves,
que volarán hacia las almas-árboles
que las quieran albergar.
Elvio campos
Un camino de invierno
Cuando sobra la luz
Ansias de abandonar las moles de concreto...
El pavimento es un duro corazón que nos olvida...
E l sol, tendido sobre los cables, es un niño triste sin palabras posibles,
El pavimento es un duro corazón que nos olvida...
E l sol, tendido sobre los cables, es un niño triste sin palabras posibles,
el cielo es un jirón, un lamento del aire...
Elvio Campos
... Bajabas como una nube mansa,
una pelusa de agua entre los tabaquillos...
Bajabas desde tu reino de sol, piedra y silencio...
Tu silencio no urgía las palabras, las amansaba,
como a potrillos sedientos el arroyo.
... Bajabas como una nube mansa,
una pelusa de agua entre los tabaquillos...
Bajabas desde tu reino de sol, piedra y silencio...
Tu silencio no urgía las palabras, las amansaba,
como a potrillos sedientos el arroyo.
Canción de cuna serrana
...el día tiene un cansancio de viento que se despeina en filos de piedras,
las sombras se desperezan en su mañana oscura,
todo se pone quieto de a poco...
el duende del sueño golpea las manos afuera,
la cuna es una nave opaca que junto al candil se enciende...
Cántico
Cuando la luna era ancha y ablandaba las sombras de los montes,
aquellos hombres primeros se confundían con sus sombras
y sus palabras con la luz...
Aquí estamos le decían al cielo...
Un remanso de luces se descolgaba por sus ojos oscuros...
y el río, que parece venir de ella,
nos alfombra los sentidos con una magia de ranas ocultas y frescas.
Un camino de invierno
Sentirse a gusto, pero ajeno,
ser extraño en medio del silencio...
añorar el paisaje cotidiano que a veces se detesta...
Hasta los árboles parecieran mirarlo a uno con desdén...
lo escondido sigue oculto,
las cuevas de las montañas son bocas cerradas por siglos,
son bocas abiertas que como las bocas de las calaveras nos invitan a escapar,
a volver al abrigo de nuestras moles de concreto.
Duele no ser parte de esta paz,
pero somos cada uno una semilla de guerra,
un dique de violencias que nos carcome las manos.
Canción de cuna serrana
En el lado en que las sierras ven el sol de la mañana,
se ocultan entre el follaje los amigos del alma.
Compañeros de guitarras, vino y risa.
Hermanos de subidas y bajadas, de flores y espinas;
acunan a sus changos presentes y futuros a orillas del arroyo
y a la sombra que los montes le imponen a la tarde.
Cantamos para que duerman menos solos,
y la distancia sólo sea tan larga como una noche cualquiera.
La luna duerme ahí nomás donde llega el río.
Esculturas de sombra le ofrendan su silencio,
mensajes de piedra rojiza que como gritos del suelo,
descubren a sus duendes más ignotos.
"sólo son llamas de piedra" dice el hombre que los guarda,
Pero sus ojos son llamas, que dicen mucho más de lo que calla,
letra, música y arreglos : Marcelino Luis Martini
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